- UOCRA -
Una disculpa hipócrita
La seccional Capital de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) difundió, mediante una solicitada, un pedido de disculpas, junto con la solicitud de solidaridad y comprensión por las molestias causadas durante las acciones de protesta realizadas el 19 del actual en la ciudad de Buenos Aires. El texto de casi un cuarto de página tuvo negativa repercusión entre las decenas de miles de personas afectadas por los más de treinta piquetes simultáneos que provocaron cortes del tránsito, y sonó a pura hipocresía.
Con el pretexto de crear conciencia sobre el incumplimiento de elementales medidas de seguridad en la construcción de edificios y de pronunciarse por la memoria de los trabajadores fallecidos en accidentes de trabajo, la Uocra de la ciudad de Buenos Aires organizó y puso en la calle los piquetes que impidieron el andar del tránsito automotor por las avenidas General Paz, Libertador y 9 de Julio, entre otros pasos no menos importantes. Las consecuencias fueron las previsibles y ya conocidas por quienes deben resignarse a soportarlas sin siquiera tener derecho a protestar: caóticos atascamientos vehiculares, personas demoradas para concurrir a cumplir obligaciones apremiantes y hasta ambulancias haciendo sonar en vano sus sirenas en angustiosa y casi siempre infructuosa petición de paso. Los revoltosos se apoderaron de las calles por la fuerza y lo hicieron absolutamente convencidos de su impunidad, sustentada por la complaciente actitud del gobierno nacional ante esta clase de manifestaciones, apenas disimulada por las tibias críticas que hizo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Según consignó la Uocra en su solicitada, 158 trabajadores de ese gremio perdieron la vida en accidentes de trabajo ocurridos durante el último año. Y en tres jornadas laborales del mes actual murieron dos obreros que operaban en altura, en tanto que otros tres quedaron atrapados en una excavación. Por eso, insistió la Uocra, los piquetes fueron realizados para que los empleadores "respeten las normas de prevención y seguridad, y para que el gobierno porteño ejerza de manera efectiva su responsabilidad de inspección y control".
Las justificadas demandas del gremio se han visto lamentablemente desvirtuadas por la artera conducta con que fueron expresadas y por el abuso en perjuicio de la paciencia y de las urgencias de cientos de miles de personas.
De avalarse tan siniestra metodología de protesta, cualquier grupo con algún reclamo por hacer estaría habilitado para actuar del mismo modo. Cuesta imaginar en qué se convertiría la vía pública y hasta dónde quedarían reducidas las leyes y la propia Constitución nacional si todos imitáramos la actitud de la Uocra en pos de despertar la conciencia ciudadana sobre nuestros problemas, aun cuando más tarde pidiéramos disculpas por las molestias ocasionadas.
Es tal la ceguera, o la soberbia, de quienes incurren en estos actos vandálicos, que hasta no reparan en que sus intransigentes comportamientos para nada provocan adhesiones, sino encendidas manifestaciones de rechazo y de crispación.
Y es tal el grado de anomia al que hemos llegado, merced a un Estado ausente a la hora de garantizar el orden público, que se ha arribado al absurdo de que algunos parezcan creer que se pueden transgredir las leyes con la condición de pedir disculpas posteriormente.
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