- REGISTRO -
Registros unificados, remedio eficaz
La licencia para conducir y la idoneidad de su titular son elementos esenciales en cualquier proyecto destinado a restablecer en niveles de razonabilidad la cuestión de la seguridad en el tránsito. Los altísimos índices de accidentes viales y de mortalidad que por esa exclusiva causa han venido distinguiendo negativamente a nuestro país, son indicio de que la mera posesión de un licencia para conducir - "el registro"- no siempre equivale a estar plenamente habilitado para conducir automotores en forma correcta.
Controles de velocidad mediante radares fijos y móviles en rutas y autovías, fiscalización de los niveles de alcoholización de los conductores y difusión de la educación vial son algunos de los recursos contemplados en el Plan de Seguridad Vial de la provincia de Buenos Aires. Una iniciativa tendiente a enfrentar la gravísima crisis que atraviesa el tránsito en todo el país y, en especial, en ese distrito.
Pero con ser eficaces esas medidas no bastan para corregir el descontrol manifiesto en esta materia que tanto dolor y tantas pérdidas de vidas y materiales le viene provocando al conjunto de nuestra sociedad. Por esas sobradas razones, aquella provincia ha puesto en marcha un sistema centralizado de emisión de licencias de conducir, que serán confeccionadas por el Ministerio de Gobierno bonaerense, en su taller de impresiones de seguridad.
El nuevo registro único hará posible el cruce de información, antes de emitirlo, entre el Registro Unico de Infractores de Tránsito (RUIT) de esa jurisdicción y el Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito (Renata), lo cual les vedará el acceso a ese documento a los inhabilitados para conducir. La precaución no es menor: bien es sabido que en más de un municipio bonarerense los registros son otorgados con amplia y desembozada prodigalidad, inconducta manifiesta que ni siquiera se toma el trabajo de reparar en las consecuencias que podría llegar a tener.
Casi de sobra está decir, entonces, que la iniciativa es altamente positiva, Y lo será todavía más si esa positiva modalidad fuese hecha extensiva a toda la jurisdicción nacional. Al margen de las ventajas que reportaría su adopción, sin duda se convertiría en una clara demostración de que, por fin, se habría llegado a unificar por lo menos un criterio de la lucha contra la inseguridad vial.
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