- ESA INTRIGANTE MUJER -
SOLO SUEÑOS...
Desafiaban aireantes e insolentes a todos los apresados, mandándoles al exterminio en la cúspide de la helada montaña, hacia un abrupto precipicio de interminable final. Se movían en patines como jugadores de jockey y portaban inmensas guadañas que activaban ante la masa reclusa. Se podía oler la sangre de los que ya no estaban. Era el exterminio que estremecía la tierra, era el dominio del poderoso sobre el sometido indefenso, era el hambre del hombre por el hombre, era la codicia, el mal y la patraña confabulada. La desgracia se había encarnado en esos seres casi semejantes y distintos a la vez. Nos habían avisado... fue aquella noche que por dentro del tinglado apareció ella, casi desnuda con sus túnicas y su larga cabellera rubia, con un velo blanco, asomando entre las tejas de los altos techos que sigilosamente avanzó hasta ser descubierta, para sembrar el miedo y anunciar el mal. Era el preludio de la matanza. La quise alcanzar y se escapó. Era linda, muy delgada y extremadamente blanca. Su cuerpo sutil encandilaba con la extraña dualidad de deseo y un atractivo temor. Tenía una mirada penetrante, ingenua e ida al mismo tiempo. Era el rostro del amor y del horror: ¡Era la muerte!
Ricardo A. Carrasquet
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