- CUIDADO -
Turistas prevenidos
Cada año, sin una fecha precisa, los Estados Unidos actualizan el informe consular dirigido a sus ciudadanos que viajan a diversos países, la Argentina entre ellos. Sin faltar a la verdad, el último no ha sido benevolente con nosotros.
La Hoja de Información Consular (CIS, según sus siglas en inglés) es un reporte que exige la ley de los Estados Unidos. La CIS publicada el 21 del actual es una revisión de la versión difundida en marzo de 2006.
El informe es considerado por las autoridades del Departamento de Estado "de rutina", al igual que tantos otros preparados por iniciativa propia o a pedido del Congreso. Sin embargo, el gobierno argentino no lo entendió de igual forma y, a través de la Cancillería, convocó al embajador estadounidense, Earl Anthony Wayne, para transmitirle su desagrado por el documento. En el comunicado oficial, el canciller Jorge Taiana señaló, entre otros conceptos: "El Departamento de Estado de los Estados Unidos, con el propósito de informar a sus conciudadanos que viajan al exterior, se arroga la sorprendente capacidad de juzgar sociedades".
El informe es, en rigor, casi una réplica del publicado en 2006. En aquel momento, el gobierno nacional también se quejó formalmente, pero como no había trascendido a los medios no llegó a convocar al embajador. Esta vez, al hacerse público y no recibir ninguna aclaración desde la embajada, se optó por el procedimiento aludido. El único cambio que la propia sede norteamericana reconoció como "significativo" fue el que se refiere a la seguridad vial: justificó su inclusión en que los accidentes de tránsito fueron ampliamente cubiertos por la prensa nacional.
Por más desagrado que les haya provocado a las autoridades argentinas, el informe consular sólo describe los peligros a los que a diario se exponen los habitantes de nuestro país en las principales ciudades argentinas y sobre los cuales los medios de comunicación no se cansan de informar. ¿O acaso los arrebatos callejeros, los "motochorros", los carteristas, los estafadores y los asaltantes que hacen gala de inaudita violencia son producto de la imaginación de algún funcionario de la sección consular estadounidense?
Basta con recordar que en noviembre último, en la muy concurrida plaza Dorrego, en San Telmo, punguistas le robaron a Barbara Bush, una de las hijas del presidente norteamericano, la cartera en que llevaba la billetera y el celular. Los cortes de calles y los bloqueos de autopistas que provocan embotellamientos y demoras en la circulación, ¿son también fruto de la fantasía extranjera? ¿Y qué decir de los accidentes de tránsito y del total desapego por el cumplimiento de las leyes de tránsito? ¿Son situaciones irreales? ¿También lo serán las estadísticas que nos ubican entre los primeros países con mayor índice de mortalidad por causa de los accidentes viales?
Según la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) recientemente publicada por el Indec, durante los tres primeros meses del año, más de 600.000 turistas extranjeros visitaron el país. Los que más permanecen son los europeos: en promedio 21 días, contra 15 días de los norteamericanos y 7 días de los chilenos y brasileños. Según la ETI, no sólo ingresan más turistas, sino que también gastan más. Mientras en el primer trimestre de 2006 cada turista desembolsaba un promedio de 1060 dólares, entre enero y marzo último ese promedio ascendió a 1480 dólares.
Las autoridades argentinas han considerado que lo señalado por la oficina consular estadounidense es una "continuidad de caracterizaciones que no responden a la realidad y que constituyen apreciaciones que generan alarmas injustificadas". Sin embargo, la manera de solucionar las situaciones que pueden hacer peligrar el turismo de cualquier origen, externo o interno, no pasa por negarlas o minimizarlas. Por el contrario, las soluciones llegarán si se empieza por aceptar que los problemas efectivamente existen y que deben ser encarados con firmeza y seriedad.
Sólo así se preservarán la seguridad física y la mejor calidad de vida de quienes aquí habitan y de quienes nos visitan, y se protegerá una industria que, como se ha visto, ya es muy auspiciosa y aún tiene resto como para seguir creciendo.
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