- TRÁNSITO = CAOS -
Colectivos, bajo la lupa
Editorail LA NACIÓN 07.07.2006
El tránsito de la ciudad de Buenos Aires ha adquirido definitivamente la categoría de caótico. Entre otras razones, debido a la inobservancia, cuando no al desconocimiento, de mínimas reglas de educación vial. Además, el cuadro se agrava ante la falta de sanciones a los infractores, lo que genera un marco de impunidad que pone en riesgo a quienes transitan por las calles y por las veredas porteñas.
Peatones, ciclistas, conductores de motos, taxis, automóviles particulares y camiones, todos, en alguna medida, contribuyen para complicar aún más la difícil circulación vial dentro de la ciudad. Los colectivos de corta distancia merecen un capítulo aparte.
Según los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), en la ciudad de Buenos Aires hay 9000 colectivos de corta distancia (136 líneas) que dependen de 93 empresas. Estos vehículos, a pesar de ser casi a diario noticia por los accidentes de los cuales son protagonistas o por las infracciones de tránsito en que incurren, cometen transgresiones que apenas representan el 0,29 por ciento (8043) de las 2.683.075 multas labradas en 2005.
Pero no sólo preocupa la ausencia de sanciones, sino también la gravedad de esas faltas que ya se cobraron muchas víctimas mortales. Sólo en los últimos quince días murieron siete personas en distintos accidentes en los que estuvieron involucrados colectivos. El más grave ocurrió hace pocos días en San Miguel, donde un chofer hizo caso omiso de la barrera y de las súplicas de los pasajeros, y cruzó las vías en forma imprudente. Finalmente, fue arrollado por un tren. En Caballito, una mujer murió al ser atropellada por otro colectivo.
Las estadísticas del gobierno porteño indican que en los primeros cinco meses del año hubo en nuestra urbe 675 accidentes con la participación de colectivos. Según un informe de la Asociación Luchemos por la Vida, de las 7138 muertes ocurridas por accidentes de tránsito el 25 por ciento involucra al transporte público (también se incluye a las víctimas de los trenes).
Sin embargo, esas cifras están lejos de las aportadas por la Cámara de Empresarios de Autotransporte de Pasajeros (CEAP), que sólo reconoce un 7 por ciento de participación de los colectivos en la totalidad de accidentes. Por su parte, la Unidad Administrativa de Control de Faltas, organismo de la ciudad encargado de sancionar a los infractores, señaló que la transgresión más frecuente de los colectiveros es violar la luz roja, con un total de 104 faltas en diciembre de 2005. La CEAP negó que ésa fuese la cantidad correcta e indicó que las infracciones más comunes de sus choferes son la invasión de la calle, la emanación de humo y el mal estacionamiento.
Lo concreto es que durante el año último la CNRT recibió 22.895 reclamos de los usuarios, de los cuales el 53 por ciento se debió a quejas por el conductor. De ellas, el 37 por ciento se produjo porque no fueron respetadas las paradas, mientras que otro 31 por ciento reclamó por la imprudencia de los choferes. En los centros privados de atención, entretanto, se recibieron 21.371 quejas en 2005, de las cuales el 55 por ciento fueron también protestas sobre los conductores.
Estas fallas podrían ser corregidas si los choferes de colectivos recibieran una capacitación permanente en educación vial. Si bien deben aprobar exámenes psicofísicos, teóricos y prácticos, para poder trabajar, esa formación concluye una vez obtenido el registro. A la hora de su renovación se les vuelve a pedir la evaluación psicofísica, pero no reciben nuevamente capacitación.
Sería positivo que las autoridades competentes tomasen cartas en el asunto. De esa manera, podrían promover las medidas necesarias para evitar que las infracciones -desde las leves hasta las más graves- tuviesen la sanción correspondiente y para que los choferes de los ómnibus de corta y larga distancia estuviesen permanentemente capacitados y entrenados para responder correctamente a la responsabilidad y las exigencias que demanda su trabajo, sin poner en riesgo la vida ajena.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home