- TV REVOLUTION -
La revolución está por llegar
La vieja caja boba está a punto de subirse al modelo de convergencia de la era digital. El gran cambio se sustentará en dos ejes: modernidad e interactividad. Y encontrará así nuevas formas de mantener a los televidentes pegados a la pantalla
Vivimos en un mundo digitalizado. Hoy, el hombre es capaz de reducir todo lo que ve, toca y escucha a una sucesión lógica y finita de unos y ceros (o, simplemente, bits).
Esta particular transformación de lo que perciben los sentidos encontró siempre un límite hipotético en la imaginación de cada persona y un alcance real en el medio físico en el que habita. Así, si bien la variedad de ideas puede ser inagotable, su paralelo en unos y ceros tiene una representación específica y acotada en la vida misma.
Las innovaciones tecnológicas de los últimos tiempos plantean por caso uno de los mayores desafíos de la era digital: de qué manera podemos aprovechar cada componente del actual ecosistema electrónico para acercar lo más posible la realidad a lo deseado.
Desde su aparición, la televisión se ubicó siempre en un lugar de privilegio dentro del esparcimiento del ser humano. Actualmente, funciona no sólo como un medio en sí mismo para el entretenimiento, sino también como soporte para el acceso a otros dispositivos.
Pero la televisión, así como la conocemos hoy, se prepara para dar un salto definitivo hacia el universo digital en nuestro país. Un nuevo camino que el propio entorno, cada vez más modernizado, le impone para subsistir.
La TV se digitaliza
En la Argentina existen tres formas de transmitir televisión: por aire, o abierta (las señales viajan a través del espectro radioeléctrico y son captadas por las antenas receptoras del televisor); por cable (las señales transitan por tendidos de fibra óptica y cable coaxil hasta los hogares) y por satélite (por medio de una antena parabólica y un decodificador, el usuario puede captar una señal particular en su casa).
En todos los casos hablamos de emitir señales. Estas pueden ser de dos tipos: analógicas o digitales. Esteban Rochas, ingeniero en comunicaciones, explica las diferencias técnicas entre ambas: “En la televisión analógica, los parámetros de imagen y sonido son representados por una señal eléctrica que varía su amplitud en el tiempo, adoptando valores en función de la información que se transmite. Como la señal de video suele variar muy poco, este tipo de transmisión no aprovecha suficientemente los recursos utilizados para su transporte. Además, los ruidos e interferencias son difíciles de eliminar o reducir”.
“En cambio, la transmisión digital –continúa Rochas– es representada por secuencias de unos y ceros equivalentes a las magnitudes de la señal analógica. Esto permite someter la señal a procesos complejos –como técnicas de compresión– sin degradar su calidad, aprovechando mejor los recursos y eliminando los agentes indeseados.”
En nuestro país, los servicios de televisión por cable y satelitales son los únicos que experimentan con señales digitales. Sin embargo, el gobierno nacional analiza la implementación definitiva de esta tecnología también en los canales de aire, que actualmente basan sus envíos en señales analógicas (aunque se probaron transmisiones digitales por sistemas pagos).
Para ser posible este cambio, el Estado debe regular una norma de transmisión común a todos los oferentes, lo cual suscita un amplio debate entre las diferentes empresas que componen el entorno del sistema televisivo. En la actualidad existen tres estándares –que son los que discute el Gobierno– para la transmisión de televisión digital: el estadounidense ATSC (Advanced Television Systems Committee), el europeo DVB (Digital Video Broadcasting) y el japonés ISDB (Integrated Services Digital Broadcasting).
Beneficios para el televidente
Más allá de las cuestiones netamente técnicas, la digitalización de las señales televisivas también resulta en una ventaja significativa para el usuario. Específicamente, la televisión digital permite:
* Mejorar la calidad de las transmisiones: los tratamientos aplicados a las señales digitales posibilitan el envío y la recepción de imágenes y sonidos con mejor calidad. Así, el usuario podrá mirar un programa sin interferencias extrañas, incluso en formato de alta definición (del inglés HD, High Definition), y escuchar el audio con calidad de CD.
* Expandir los límites de la televisión más allá del soporte: mediante una señal digital, es posible darles “transportabilidad” a las transmisiones televisivas, acercándolas a otros dispositivos de uso habitual como pueden ser el celular, la computadora o la consola de videojuegos.
* Sumar interactividad a la experiencia del televidente: la optimización de los canales de transferencia permite ampliar la oferta de contenidos televisivos, no sólo incorporando más canales a la grilla, sino también brindando al usuario herramientas para interactuar con lo que ve. Para esto será necesario contar con un decodificador de señal (provisto por el operador de televisión). Entre otras cosas, mediante el decodificador, el televidente tendrá acceso a una guía de programación personalizada; podrá escuchar el audio original de una película, elegir los subtítulos o recibir información sobre el film en la pantalla, bloquear contenidos para chicos, comprar programas exclusivos mediante un sistema pay per view, participar de votaciones y concursos o jugar a través del control remoto.
Asimismo, Gonzalo Hita, gerente comercial de CableVisión, adelanta que próximamente arribarán a la Argentina unos decodificadores con disco rígido que permitirán no sólo grabar las emisiones televisivas, sino también alterar su reproducción en el momento. “La caja va a estar grabando en un tiempo real configurable todo lo que se esté viendo, aunque no se le haya pedido que grabe. Así, por ejemplo, se va a poder repetir una jugada de un partido de fútbol”, asegura Hita.
Se espera que en un futuro no tan lejano el usuario también pueda comprar artículos a través de la televisión, consultar información al instante sobre algo que sucede en vivo (por ejemplo, ver las estadísticas de un tenista durante la transmisión de un partido) o navegar por Internet.
Imágenes desde el exterior
Sebastián Rial tiene 29 años y es diseñador gráfico. Nacido en la Argentina, desde hace cuatro años ejerce su profesión en Barcelona. En noviembre pasado, participó en la creación de un proyecto para impulsar en España la implementación de la televisión digital terrestre (TDT).
España es uno de los países de la Comunidad Europea que se preparan para el llamado apagón analógico. La CE decidió que, a partir de 2012, todas las transmisiones de radio y televisión de la región deberán ser en formato digital. “Acá la transición definitiva de analógico a digital tiene plazo para 2010 –comenta Sebastián–. Es todo un cambio que se está dando y que requiere desde la capacitación de los antenistas hasta la concientización de la población para el uso de esta nueva tecnología.”
Desde su experiencia personal en el Viejo Continente, Sebastián relata: “En España, las cadenas de televisión más importantes ya emiten todo por señal digital, en paralelo a su señal analógica tradicional. La calidad es muy buena, en algunos casos excelente, pero el problema es que hay muchas series y programas grabados en medios analógicos, por lo que no se logra la mejora prometida en audio y video”.
Para acceder a los beneficios de la televisión digital, Sebastián compró un decodificador para su notebook. Sin embargo, resalta que todavía no ha podido disfrutar de los servicios de interactividad porque “aún no están muy desarrollados”.
Cruzando el Atlántico, otro argentino aporta una interesante visión sobre el impacto de la televisión digital en la cultura norteamericana.
Rolando Somma tiene 31 años, es científico, y desde hace 6 años trabaja en Los Alamos National Laboratory, uno de los centros de investigación más importantes de los Estados Unidos. Casado y padre de una niña de dos años, cuenta que su mayor contacto con la televisión es en los hoteles, cuando viaja.
Sin embargo, en su relación permanente con el estilo de vida norteamericano, este joven físico oriundo de Martínez comenta que en EE.UU. ponen en duda el éxito de la llamada televisión interactiva porque consideran que, simplemente, “deja de ser televisión”.
“Acá mucha gente piensa que la televisión funciona más como algo para absorber que para trabajar”, dice Rolando, y fundamenta esta particular postura con un ejemplo: “Las personas vuelven a sus casas cansadas después de un día de trabajo y sólo tienen ganas de sentarse y ver un programa que los entretenga. En cierta forma, absorber lo que se transmite, estén de acuerdo o no. No tienen ganas de programar o analizar qué ver. Sólo buscan hacer zapping y parar en lo que les llame la atención”.
Si bien Rolando relata con cierta sorpresa esta visión social, desde su observación logra resumir lo que significa realmente el impacto de la televisión digital como parte del proceso evolutivo de una sociedad de la información: “Uno crece a la par de la tecnología, y desde que estoy en Estados Unidos comprobé cómo la tecnología puede cambiar realmente la forma de vida de las personas, acá y en cualquier parte del mundo”.
Por Ignacio Bonaverdi
Editor de Tecnología de LANACION.com
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