- NUESTRO CAMPO -
Medio siglo de contribución agrícola
Los cincuenta años del Consorcio Regional de Experimentación Agrícola (CREA) constituyen un ejemplo de aliento para los miles de productores rurales preocupados por el crecimiento de la cooperación y el intercambio de información que garantice el crecimiento de la actividad.
Es bueno recordar que allá por 1957 una docena de productores agrarios, pioneros del oeste bonaerense, decidió reunirse con el propósito de intercambiar ideas y experiencias destinadas a proteger los suelos, mejorar el aprovechamiento de los pastos y, en general, incrementar la productividad de sus empresas. Recogiendo la exitosa experiencia de centros de estudios agrícolas de Francia, denominados CETA y liderados aquí por Pablo Hary, productor de avanzada y luego dirigente rural de alto vuelo, se conformó el primer grupo, denominado CREA Henderson-Daireaux, en referencia a los dos municipios donde se radicaban los establecimientos asociados en el nuevo emprendimiento.
La década del cincuenta requería un cambio de paradigmas en el agro nacional. Los fundadores de CREA comprendieron que los productores del agro, por su gran número y condición, no necesitaban guardar secretos productivos como les ocurre a otros sectores de la economía. Por el contrario, ganarían compartiendo conocimientos.
Poco antes, se había fundado el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un pilar de la política nacional, destinado a impulsar y difundir tecnologías mediante una red de estaciones de experimentación y difusión, financiado por una porción de los ingresos de las exportaciones agrícolas.
La pequeña agrupación, creada en el oeste bonaerense, contrató un ingeniero agrónomo, con quien emprendió reuniones periódicas en cada uno de los predios asociados, destinadas al análisis y a la adopción de sus mejores procesos productivos y a comprobar la utilidad de nuevas tecnologías.
El éxito fue tan manifiesto, que pronto comenzó la formación de nuevos grupos, que hoy suman casi 200, con 1800 productores asociados, que se extienden por gran parte del país, dividido al efecto en 17 regiones en las cuales se recogen las diversas características ambientales y productivas. En el curso del crecimiento de los grupos se constituyó una asociación argentina, que sistematiza conocimientos de los grupos, realiza estudios y nutre a sus asociados de un universo enriquecido con reuniones técnicas, congresos nacionales, regionales y aportes sociales. Con el acompañamiento de los medios de comunicación, la organización ha contribuido a romper el aislamiento rural posibilitando la integración de las familias productoras y la capacitación del personal con mejoras crematísticas para el conjunto social.
La agrupación es generosa, no sólo por el intercambio entre sus miembros, sino también por la desinteresada extensión de sus conocimientos a miles de productores que abrevan en sus reuniones y publicaciones. Por eso la entidad es conocida como el "movimiento CREA", un numeroso y extenso grupo solidario con escaso presupuesto y una alta contribución entre sus miembros, que logra sucesivas metas de dinamismo económico y social.
Esta exitosa institución rural no tiene propósitos de acción política ni gremial, aunque en su seno el tema ha sido motivo de periódico debate. Han surgido también programas de inserción social y educativa que revelan los perfiles generosos antes señalados. Sin perjuicio de ello, la fortaleza del movimiento parece residir en esas 200 células productivas nacidas de esa semilla sembrada hace 50 años.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home