- EL COSMOS -
El cierre del cine Cosmos
Siempre es una mala noticia para la cultura que se cierren salas de cine o de teatro. Sin embargo, el hecho de que los familiares de Isaac Vainikoff, fundador del cine Cosmos, hayan decidido vender el inmueble donde desde hace décadas viene funcionado esa sala no sólo puede servir para provocar una reflexión sobre el rol del Estado en materia cultural, sino también para hallar alguna solución antes de que el cierre sea definitivo.
La trayectoria cultural de esta sala no puede ser ignorada. Antes del Cosmos había funcionado allí el Cataluña, un típico cine de barrio fundado en 1929, en pleno Once, de esos que daban tres películas distintas en continuado, ideal para que las familias iniciaran a los niños en la pasión del "séptimo arte" mientras pagaban una entrada muy barata.
A partir de 1967, esa sala de 1200 localidades se convirtió en el Cosmos 70 y por su pantalla pasaron algunos de los éxitos más notables de la producción fílmica de Europa del Este.
Entre noviembre de 1987 y noviembre de 1997, el cine cerró y, cuando reabrió, remodelado, empezó a funcionar como pequeña sala de 175 localidades dedicada a la exhibición de materiales alternativos e independientes internacionales.
Lamentablemente, el cierre de salas de cine es una tendencia que se observa en muchas ciudades del mundo, y que se produce por las dificultades económicas por las que atraviesan quienes las explotan. Sin embargo, en algunos países europeos son los Estados los que, mediante subsidios, contribuyen a que los dueños de estas salas puedan seguir cumpliendo con su inapreciable tarea de difusión de la cultura.
Cabe preguntarse entonces si al Estado argentino no le correspondería otorgar algún subsidio que permitiera preservar estos emprendimientos culturales. Parece razonable que si, a través del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y en el marco de la ley 17.741 de fomento de la actividad cinematográfica nacional, se apoya con subsidios la industria del cine nacional, también se haga el esfuerzo para que las antiguas salas de cine puedan subsistir.
Esa ley expresamente prevé la necesidad de "proteger y fomentar los espacios culturales dedicados a la exhibición audiovisual y en especial a la preservación de las salas de cine".
Este esfuerzo bien podría ser compartido o complementado con el aporte económico de la ciudad en la que la sala se encuentre. Además, el cine Cosmos está al lado del Centro Cultural Ricardo Rojas, de la Universidad de Buenos Aires.
No sería para nada disparatado entonces que el gobierno de la ciudad, el Incaa y la UBA pensaran en firmar algún tipo de convenio que permitiera rescatar esa sala para toda la comunidad, asegurando así el pasado cultural de Buenos Aires para las generaciones futuras. Sólo cuando algo se pierde para siempre se lo comienza a valorar en su medida exacta.
Los argentinos hemos perdido ya demasiadas cosas valiosas como para no empezar ahora mismo a apreciar las que todavía nos quedan.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home