- CRUCE -
Duro cruce entre Chávez y el rey español
El monarca reprendió al presidente venezolano, que había tildado de "fascista" a Aznar y criticado a las compañías españolas
La voz del rey Juan Carlos atronó en la sala de los presidentes: "¿Por qué no te callas?" El venezolano Hugo Chávez seguía a los gritos para silenciar al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que le achacaba haberle faltado el respeto al pueblo de su país.
Minutos antes, Chávez había acusado de "fascista" al ex gobernante de España José María Aznar en medio de un crítico discurso sobre la actitud del empresariado de ese país en la región.
La defensa que Zapatero hizo de Aznar, un acérrimo opositor interno, avivó el escándalo en el que terminó ayer la Cumbre Iberoamericana celebrada aquí. Un minuto después del grito, y en un gesto sin precedente, el rey abandonó la sala para mostrar el desagrado de la delegación española, mientras Zapatero permanecía en la sesión. Lo habían acordado a la vista de las cámaras.
La cumbre, de la que participaron 22 países con el lema de la cohesión social, fue en los hechos la más antipática que le ha tocado al rey. Su paciencia había comenzado a desgastarse en los últimos días merced a los altercados entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez por Botnia, una situación que lo dejó expuesto en su carácter de mediador. El entredicho de ayer se inició cuando Chávez redobló su embestida contra Aznar. El día anterior, el gobierno español había protestado en forma más reservada por palabras similares.
Durante el discurso que pronunció al cierre de la cumbre, Chávez calificó al ex mandatario de "fascista" y lo acusó de haber estado de acuerdo con el golpe de Estado intentado en 2002 contra él en Caracas. El mandatario venezolano reveló que Aznar le había pedido en 2000 alejarse de Cuba para sumarse "al club", presumiblemente de países del Primer Mundo, pero que debía distanciarse de Fidel Castro. Dijo también que lo había consultado a Aznar sobre qué se hacía entonces con Haití y con otros países pobres, y el ex gobernante español le habría respondido: "Esos se jodieron".
"Una serpiente es más humana que un fascista o un racista", dijo Chávez, en referencia a Aznar. La comitiva española miraba desconcertada al líder venezolano. Estaban a pocos metros los unos de los otros. Las caras de malestar se hicieron notorias cuando Chávez criticó duramente al empresariado español. El presidente caribeño llegó a decir que la aerolínea venezolana Viasa había sido "engullida" por España. "Hasta se llevaron a las aeromozas. Las más bonitas", dijo. No se oyeron risas.
Zapatero pidió entonces la palabra. "Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo ". Intentaba responder a las acusaciones de Chávez, pero éste le gritaba. Zapatero hizo un segundo de silencio. Respiró. "Y exijo ese respeto...", alcanzó a decir, mientras Chávez, que tenía el micrófono apagado, lo interrumpió varias veces. "¡Dígale lo mismo a él [a Aznar]", vociferaba desencajado.
El desenlace
El rey parecía impaciente. Hasta que explotó de furia. Apuntándole con el índice, le gritó que se callara, en un momento que quedará en la historia de las cumbres. La situación fue visiblemente incómoda para el resto de los mandatarios y, sobre todo, para la anfitriona, Michelle Bachelet. Con gesto adusto, la presidenta chilena se acercó a su micrófono y, con intención de aplacar los ánimos, le cedió de nuevo la palabra a Zapatero, quien insistió en la necesidad de no caer en la "descalificación".
Funcionarios y presidentes que presenciaban la disputa comenzaron a reaccionar y a tomar posiciones ante el inusual episodio. Apenas terminó de hablar Zapatero, hubo aplausos en la sala. "Como dijo Artigas, con la verdad no ofendo ni temo", le replicó Chávez, ya con el micrófono abierto.
La tensión no cedía. Tomó la palabra el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que se alineó con Chávez y utilizó su turno para lanzar duras críticas a la empresa eléctrica española Unión Fenosa. Dijo que en la actualidad no la habría dejado ingresar en el país. Fue ése el "no va más" para el rey, que se levantó de su silla en pleno discurso y abandonó la reunión en señal de protesta.
Ortega terminó de hablar y continuaron los cuestionamientos a España y las defensas al venezolano. Llegó el turno del vicepresidente cubano, Carlos Lage. Respaldó el derecho de Chávez a "defenderse" y de exponer públicamente que Aznar había atacado "la dignidad de Venezuela". Además, opinó que el hecho de que un gobernante fuera elegido democráticamente no era suficiente para legitimarlo y añadió que un presidente debía "legitimarse con su conducta".
Zapatero escuchaba con los brazos cruzados. La silla vacía del rey atraía la vista de los más de 500 periodistas que cubrían la cumbre. Tras retirarse, el monarca se dirigió a una sala contigua al salón donde transcurría la reunión. Sólo regresó por pedido de Bachelet unos minutos más tarde, para estar presente en la clausura.
Más tarde, Chávez le replicó al monarca español: "El rey será rey, pero no me puede hacer callar". Y añadió: "Allá él, pero reclamo respeto, porque yo soy también un jefe de Estado, y elegido democráticamente", subrayó Chávez durante un acto académico en una universidad privada. "El [el rey] "es tan jefe de Estado como yo, con la diferencia de que he sido elegido tres veces", sostuvo.
"Ningún jefe de Estado puede estar mandando a callar a otro", comentó. "Estaba diciendo la verdad en la que creo, así que yo no tengo nada que responderle al rey. Allá él", concluyó Chávez, que además afirmó que reiteraba todo lo que había dicho sobre Aznar.
Mientras la mandataria chilena intentaba restarle trascendencia al enfrentamiento verbal y "no dramatizar", Zapatero advirtió: la de ayer "será la última vez" que hay una intervención como la de Chávez en un foro que tenga a España como organizadora.
Por Lucas Colonna
La Naciòn
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