El martes último, la opinión pública tomó conocimiento de algo que ya vislumbraba: la increíblemente lamentable situación administrativa y económica en que se encuentra la mayor universidad de la Argentina.
El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Rubén Hallú, no pudo ser más expresivo en su denuncia: "La UBA es un caos". Con esas palabras, advirtió sobre la profunda crisis que afecta a la institución, en la que estudian actualmente 300.000 alumnos. Parece un mal chiste conocer de boca de su rector que la UBA recibió en menos de dos meses intimaciones de distintas empresas de servicios (electricidad, agua y gas) por el mal estado de las instalaciones en las distintas sedes y facultades; que el sistema de administración financiera da saldos que no coinciden con los fondos existentes en la universidad, o que no hay forma de saber cuántos alumnos, docentes y no docentes trabajan en la UBA.
Hallú resumió muy bien los hechos: "La situación es compleja, la universidad es grande y los problemas son muchos". Sin embargo, no debería causar tanta extrañeza, si uno se atiene a lo ocurrido en este ámbito nada más que en 2006. Y no nos estamos refiriendo sólo a las cinco oportunidades en las que, sistemáticamente, grupos estudiantiles de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) impidieron por medio de la violencia las sucesivas reuniones de los asambleístas de la casa de estudios para elegir a sus autoridades.
Como para muestra basta un botón, nos referimos a lo ocurrido semanas atrás en la Facultad de Ingeniería. En una decisión inusual, pero que ojalá sirva de ejemplo para situaciones similares, las autoridades de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA) decidieron revocar la concesión de los bares, las fotocopiadoras, librerías e imprenta, explotados hasta ahora por el centro de estudiantes en sus dos sedes, para poner fin a una serie de graves irregularidades.
En efecto, la resolución se tomó luego de constatar que no se habían depositado los aportes descontados a los empleados, que había empleados en negro, que no se rendían cuentas de lo recaudado y que existían intimaciones por juicios de parte de distintas obras sociales y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Aunque no hay comprobantes que lo acrediten, se calcula que el centro de estudiantes de Ingeniería facturaría un millón de pesos anuales que surgen de la venta de fotocopias, libros y almuerzos y refrigerios para un mercado casi cautivo de 8000 estudiantes, 1500 docentes y 500 empleados no docentes.
Estos fondos, así obtenidos, son el principal financiamiento de las agrupaciones estudiantiles, cuyo escaso control se objeta continuamente. En las restantes facultades de la UBA, esos espacios también están en manos de los centros de estudiantes. No es menos importante señalar que el centro de estudiantes de la mencionada facultad está encabezado por la CEPA (Partido Comunista Revolucionario) y el Partido Obrero, ambos integrantes de la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y enfrentados con la dirigencia de Ingeniería.
Conclusión: la pretensión de transparencia que los llevó a impugnar reiteradamente la elección del rector no parece correr para ellos cuando se trata de administrar fondos a su cargo. Estas graves irregularidades que ahora cobran estado público habían sido consideradas ya en el último y muy crítico informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) presentado en octubre del año último.
Dentro de las notorias anomalías apuntadas por la Sigen en el caso de la UBA figuran legajos incompletos, errores en la liquidación de haberes, inadecuada gestión de compras, problemas en la rendición de fondos, entre otros muchos señalamientos. Y si bien en este caso concreto de Ingeniería la relación es entre el centro de estudiantes y su personal, la facultad está indisolublemente ligada al tema, como lo aceptó el decano, Carlos Rosito, que presentó la denuncia ante la AFIP, cuando no se pagaron los salarios de los empleados en diciembre.
Esta medida, que el Rectorado de la UBA apoya y sigue de cerca, podría sentar un interesante precedente y debería ser tomada como caso testigo de la profunda desorganización y corrupción que afecta a las casas de estudios; por ejemplo, durante las elecciones en la Facultad de Ingeniería, la oposición de centroizquierda, El Gradiente, había acusado al Frente de Ingeniería de utilizar los fondos del centro para financiar las actividades partidarias fuera de la facultad.
Ha llegado el momento de encarar con firmeza la institucionalización de la UBA y es muy alentador que su rector empiece a llamar a las cosas por su nombre y a resolver la crisis. Sobre todo porque, como ya se dijo, los controles han sido y siguen siendo insuficientes para transparentar el uso de un presupuesto millonario, detrás del cual hay poderosos intereses tan parasitarios como oscuros y que, hasta ahora, han logrado reinar gracias a la confusión que caracteriza a la administración de la mayor universidad del país.
Ubicación: CABA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Ricardo A. Carrasquet - Argentino - Realizado Audiovisual - Publicitario - Fotógrafo - Productor de TV - Director de Cine - Articulista - Guionista – Asesor en Medios Audiovisuales. Se desempeña en los mismos desde 1970. Ha transitado Canales de TV como Productor, Pro Ejecutivo y General: 7, 9, 13, VCC, Alternativa, Open, Energías, CV, Plus, P&E, Gala, Agencias, Institutos de Arte, Universidades, Empresas y Medios: J.Walter Thompson, Leo Burnett, EDAC, Agfa, Siemens, Lowe, NCR, Sadaic, Productoras: Cepeda, Moyano, Proartel, TeleArte, Radio Continental, Braga & Cía, Calecó, Pramer, Gala, CC, ShowCase s.A. de la que es fundador y presidente hasta la fecha. Además colabora con CulturArte y la Fundación Creer y Crecer. Mas de 850 documentales y spots de servicios, productos, procesos, seguimientos, clips, etc. Programas de TV como: Se Necesitan Dos, Tres Para Mejorarlo, Tip Top, De Interés Público, Dígalo con Mímica, La Botica, TeleShow, Quién es Quién, El Ojo Parlante, CulturArte, Las Transformaciones, Ecos de Poetas, Aquí y Ayer, etc. Gran cantidad de shows con figuras internacionales y locales en distintos escenarios, para TV, Corporaciones, Teatros y Hoteles.
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