- MY SWEET LORD -
Bangla Desh, 35 años después
El primer gran recital de Rock
Cuando John Lennon anunció que "el sueño terminó", la carga poética con la que los fans interpretaron la disolución de los Fabulosos Cuatro no era idílica. Las relaciones estaban en un muy mal momento (todos despreciaban a John por su unión con Yoko Ono y Paul McCartney les había iniciado juicio a sus ex compañeros, entre otras cuestiones que mucho tenían que ver con los malos negocios del cuarteto) y ninguno tenía interés en seguir en el negocio musical bajo el nombre que los había convertido en el torbellino que cambió la historia musical del siglo XX.
Fue un golpe duro en aquel entonces, porque a pesar de que hacía un lustro que no actuaban en vivo, habían realizado una seguidilla de álbumes casi perfectos que bastaban para seguir inmersos en un ensueño que parecía eterno. Pero, en fin, el sueño terminó, y las cosas no fueron fáciles.
Muchos dudaban de que Lennon siguiera haciendo canciones al lado de Yoko. Otros lamentaban que Paul intentara inútilmente repetir los hits que tan bien le salían con la banda. Muy pocos tenían expectativas sobre lo que hiciera o no Ringo Starr. Y George Harrison era un músico respetado, pero no el carisma de la banda, así que las apuestas sobre su posible carrera en solitario no eran fuertes, a pesar de que ya había experimentado algunas situaciones con "Wanderwall Music" (1968) y "Electronic Sound" (1969), discos por los que hoy es considerado por muchos el padre de la música electrónica, aunque en su momento no fue muy tenido en cuenta por "experimentar demasiado".
De todas maneras, George fue el primero en ocupar el número uno en los rankings mundiales. Su canción "My Sweet Lord", aparecida poco después de anunciarse el fin de los Beatles (en 1970), se gastó bajo las púas de los Winco de todo el planeta. Fue un comienzo inesperado. El menos carismático de los cuatro parecía confirmar que era el que tenía la fórmula del éxito.
Cuenta la leyenda que Ravi Shankar (que con el Maharishi Mahesh Yogi lo había acercado a la meditación trascendental y a la filosofía oriental) le preguntó, conmovido hasta las lágrimas, si podría ayudar a su pueblo. Paquistán se había independizado por medio de una sangrienta guerra civil (con muchos miles de muertos) y, para colmo, los ciclones que azotaron el país dejaron otras miles de víctimas despojadas de todo.
Enseguida, George organizó, el 1° y 2 de agosto de 1971, el Concierto para Bangla Desh (que luego se convirtió en un LP triple y, más tarde, en CD doble), para lo cual quiso contar con los Beatles, cosa que no fue posible por las tensas relaciones entre ellos, y el único que finalmente subió al escenario fue Ringo Starr. Pero además se sumaron Eric Clapton (que luego se fue con la mujer de George), Bob Dylan (hacía tiempo que no subía a un escenario y se había negado, pero ese día llegó por sorpresa), Billy Preston, Leon Russell y, claro, Ravi Shankar.
El concierto fue un éxito y en aquel entonces se calculó una recaudación de 20 millones de dólares. Pero la plata no llegó sino en una mínima parte a Bangla Desh. Demasiadas demandas de por medio, y el total llegó sólo en 1982, demasiado tarde.
El concierto que marcó la idea de tocar en beneficio fue un caos. En su reedición en CD y DVD, George le recordó al sello que el dinero que recaudara debería seguir yendo a ese pueblo.
Por Daniel Amiano
La Nación Line - Opinión
damiano@lanacion.com.ar
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