- LAS CALLES DEL OLVIDO -
Crece la venta callejera ilegal
A pesar de los anuncios y las promesas en sentido contrario, desde enero último la venta callejera ilegal sigue creciendo en nuestra ciudad de manera ininterrumpida. Así lo señaló el relevamiento elaborado por el Observatorio de Comercio y Servicios Pymes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) realizado sobre 562 cuadras (1124 veredas) porteñas, verificando la existencia de 1142 puestos callejeros ilegales.
De ese total de cuadras, 286 se vieron afectadas por este ilícito, es decir que en el 51 por ciento de las principales arterias de la ciudad de Buenos Aires hay puestos de venta ilegal. Desde que comenzó 2006, ese ilícito creció en un 26,6 por ciento.
Hasta la muy tradicional calle Florida ha sido invadida y degradada por los supuestos cuentapropistas que, casi siempre so pretexto del "estado de necesidad", utilizan los solados callejeros como improvisado mostrador en el cual exhiben sus mercancías. Así quedó demostrado durante un recorrido efectuada por LA NACION el fin de semana último.
El barrio de Once es, en promedio, la zona más afectada: tiene cinco puestos ilegales por cuadra. En rigor, según el informe de la cámara, casi todas las calles tuvieron aumentos en la cantidad de puestos clandestinos que albergan por la fuerza y en franco ejercicio de la ilegalidad. Los rubros más frecuentes en esos precarios puestos son los de alimentos y bebidas, indumentaria y calzado y óptica, fotografía, relojería y fantasía.
El relevamiento de la CAC mostró que el rubro "otros", que incluye todo tipo de artículos que habitualmente no se encuentran disponibles para la venta, como ser aquellos relacionados con el último Mundial de fútbol, creció un 361,5 por ciento, precisamente durante esa competencia. En cambio, perdieron participación los productos de farmacia y perfumería, caídos en un 26 por ciento, y los artículos domésticos, disminuidos en un 17,7 por ciento.
El problema de la venta ilegal no sólo se circunscribe a la presencia en la calle del vendedor de alimentos y bebidas, o del puestero que vende fundas para celulares. Por el contrario, el problema principal por resolver es el de las organizaciones que están detrás de los falsamente independientes vendedores, distribuidoras de mercaderías que, por lo general, provienen del contrabando y la piratería del asfalto.
Asimismo, los vendedores callejeros ejercen sin reparos la competencia desleal y perjudican en grado sumo a los comerciantes que deben abonar tasas e impuestos diversos. Durante el primer trimestre de 2006 fueron labradas 2107 actas fundamentadas en el artículo 83 del Código Contravencional, que penaliza con multas de 200 a 600 pesos a quien realice "actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público". Así y todo, los funcionarios locales admiten que no es fácil erradicar en forma terminante y definitiva a quienes se han apropiado descaradamente de nuestras calles y avenidas principales.
No hay que olvidar que, además, la ocupación de los espacios públicos afecta gravemente al tránsito peatonal. Por eso, es imperioso que sean tomadas todas las medidas tendientes a reprimir y eliminar la venta callejera, factor primordial de la ocupación irregular, con el propósito de recuperar esos espacios públicos usurpados por quienes pretenden, no siempre en forma pacífica, hacer valer inexistentes derechos.
Nada de eso ocurriría si las autoridades nacionales y locales se preocupasen por hacer cumplir la normativa vigente, incluso mediante la intervención policial cuando ella fuere pertinente. Revertir esta anomia supondría, en consecuencia, la puesta en marcha de una decisión política para encarar y resolver definitivamente el problema de la venta callejera ilegal, cuya expansión denigra a nuestra ciudad y sus alrededores.
Editorial La Nación
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home