Nuestros Hijos
NUESTROS HIJOS--
ESOS LOCOS BAJITOS... titulaba Joan Manuel Serrat a uno de sus más famosos temas: "A menudos los hijos se nos parecen..." ¡Y eso es muy cierto! Mucho tiene que ver lo que se aprende de bueno ó de malo en casa y casi siempre y "para toda la vida". Es verdad que nuestros hijos son realmente distintos unos de otros, criados en un mismo hogar, con padres iguales y en condiciones aparentemente semejantes. Tiene mucho que ver el carácter de cada uno. De cualquier modo, los pequeños llevan grabado un sello distintivo de fábrica, tanto en lo genético, como en el valor agregado que colocamos en ellos. Es elemental para cualquier ser humano, sus primeros años de vida, tanto en lo emocional como en lo nutricional. Es la base de la construcción, la piedra fundamental del hombre. El ser humano no es más que un simio con mayor coeficiente mental, aprende copiando a su semejante y los padres son los primeros maestros a los que debe emular.
Otro drama alarmante en nuestro país es el de abuso de menores, que no es un mal menor, en una sociedad tan profundamente enferma y devastada. Fundamentalmente tiene que ver con la educación y los valores morales y culturales. Siempre gravita lo que se les inculcó en su hogar. Los padres deben conversar y saber que hacen y con quien están sus hijos. (-...cuídate siempre Juanito, de las malas compañías...) A veces el enemigo acecha fuera del hogar y otras dentro: ¿Que podemos esperar de padres ó tutores que abusan de menores? Esto ocurre cada vez más frecuentemente y probablemente ahora se hable más de esta temática, pero creo que se debe a cierto tipo de aberración sexual que debe ser castigada con todo el peso de la Ley. Son enfermos impotentes (no tienen capacidad para otra cosa que no sea por el sometimiento físico) Gozan con la perversión infantil! No es una novedad en nuestra civilización, ni tampoco ocurre solamente en nuestro país. La pornografía infantil y la pedofilia es todo un tema en Internet en el ámbito mundial.
Corregir este tipo de patologías y castigarlas, debe ser una de nuestras metas como sociedad.
La reconstrucción de una Nación se logra a partir de la asunción plena de los errores y horrores que la aquejan.
Sin un auténtico “mea culpa” no es posible salir adelante. Es una tarea de todos y debemos comprometernos en cambiar el sinuoso camino recorrido!
Ricardo A. Carrasquet
Realizador Audiovisual
carrasquet@fibertel.com.ar
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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