DE CASTAÑO A OSCURO

DE CASTAÑO A OSCURO
(a la castigada familia argentina)

Sinceramente no se rescata nada del desastre Argentino. ¡Fue desbastador!
El delgado tejido social que nos unía, se fue destruyendo, evaporando...
Los que eran solidarios, los son más y los que no lo eran lo son menos. Retrocedimos económica y moralmente. Es lamentable como se vive en la Argentina (hablo fundamentalmente de la Ciudad Buenos Aires y la provincia homónima) Los que eran pobres, lo son más y tienen muchos más pares. La bendita clase media, que era algo que caracterizaba y enorgullecía a los argentinos, a quedado minimizada, acotada, empobrecida y psicológicamente aniquilada. Seguramente fue la que más sufrió el impacto del desastre. Logró un éxodo masivo de profesionales pesantes y desanimó al
esfuerzo del trabajo y del estudio (cultura que no deberíamos abandonar). Si algo nos separaba de Latinoamérica, era la educación y la cultura: masiva, popular, pública y gratuita. Gracias a la improvisación y a la demagogia nos fuimos a los “quintos infiernos” y “vamos por más”...
La típica familia argentina subsiste a duras penas, desatiende a sus hijos, trabaja por salarios miserables, no consigue revertir su situación, contrae deudas, viste mal, come mal y vive del mismo modo.
En tanto y en cuanto, el gobierno no concrete políticas claras, a mediano y largo plazo con vistas a cambios de fondo y no simplemente de forma, quitando excesivos y superpuestos impuestos distorsivos, que pagan los que menos tienen, se atraigan capitales genuinos, que generen trabajo digno, se intente una lógica seguridad jurídica y se concrete fuera del discurso de barricada, inversiones en obra pública real y sostenida, ayudando a las pymes a que se las contemple como medianos ó pequeños contribuyentes y no como a multinacionales, nada va a cambiar.

Ricardo A. Carrasquet
Productor Audiovisual
Carrasquet@fibertel.com.ar
Ciudad Autónoma de Buenos Aires

DE CASTAÑO A OSCURO

DE CASTAÑO A OSCURO
(a la castigada familia argentina)

Sinceramente no se rescata nada del desastre Argentino. ¡Fue desbastador!
El delgado tejido social que nos unía, se fue destruyendo, evaporando...
Los que eran solidarios, los son más y los que no lo eran lo son menos. Retrocedimos económica y moralmente. Es lamentable como se vive en la Argentina (hablo fundamentalmente de la Ciudad Buenos Aires y la provincia homónima) Los que eran pobres, lo son más y tienen muchos más pares. La bendita clase media, que era algo que caracterizaba y enorgullecía a los argentinos, a quedado minimizada, acotada, empobrecida y psicológicamente aniquilada. Seguramente fue la que más sufrió el impacto del desastre. Logró un éxodo masivo de profesionales pesantes y desanimó al
esfuerzo del trabajo y del estudio (cultura que no deberíamos abandonar). Si algo nos separaba de Latinoamérica, era la educación y la cultura: masiva, popular, pública y gratuita. Gracias a la improvisación y a la demagogia nos fuimos a los “quintos infiernos” y “vamos por más”...
La típica familia argentina subsiste a duras penas, desatiende a sus hijos, trabaja por salarios miserables, no consigue revertir su situación, contrae deudas, viste mal, come mal y vive del mismo modo.
En tanto y en cuanto, el gobierno no concrete políticas claras, a mediano y largo plazo con vistas a cambios de fondo y no simplemente de forma, quitando excesivos y superpuestos impuestos distorsivos, que pagan los que menos tienen, se atraigan capitales genuinos, que generen trabajo digno, se intente una lógica seguridad jurídica y se concrete fuera del discurso de barricada, inversiones en obra pública real y sostenida, ayudando a las pymes a que se las contemple como medianos ó pequeños contribuyentes y no como a multinacionales, nada va a cambiar.

Ricardo A. Carrasquet
Productor Audiovisual
Carrasquet@fibertel.com.ar
Ciudad Autónoma de Buenos Aires