- PAPELERAS -

PAPELERAS

LA RESPUESTA PIQUETERA A LA CELULOSA EXTRANJERA

No se puede compartir la metodología aplicada por los asambleístas de Gualegauchú, fogoneada por el gobernador Busti y Greenpeace, con un guiño de permisividad del ejecutivo nacional. Este tipo de expresiones está reñidas con los más mínimos y básicos tratados internacionales, el Mercosur y las leyes argentinas, que suponemos vigentes.
Un problema pésimamente manejado por el gobierno argentino, que NO tiene referentes políticos apoyando la iniciativa, mientras que el Uruguay exhibe un arco fuerte y consolidado.

Argentina posee no menos de 10 plantas de celulosa, aguas arriba, con vieja tecnología mucho más contaminante, mientras que el Uruguay va por sus primeras con moderna tecnología. No se le puede decir al vecino "que no haga ruido, cuando todo el año molestamos con la música fuerte". Parecería que se trata de decirle a la opinión pública, que las nuestras no contaminan y las de ellos sí!

Las plantas, guste ó no, se van a hacer; es más: están muy avanzadas las obras, además hace un cuarto de siglo que el Uruguay se viene preparándose para éstos emprendimientos, forestando con pinos y eucaliptos, vendiendo parcelas rentables por madera existente, etc. Realmente no es ninguna novedad.

No se trata de decir que no va a existir "impacto ambiental", pero esto debe ser controlado periódicamente por las autoridades de ambas márgenes, como gente civilizada que deberíamos ser y no con gestos incompatibles con buena convivencia de pueblos hermanos.
Con Chile ya tenemos fricciones por la retención ilegal de camiones con mercaderías.

Hay que poner coto a estos manejos que nos alejan cada vez más del mundo que nos rodea.


Ricardo A. Carrasquet
Realizador Audiovisual
http://elojoparlante.blogspot.com
carrasquet@fibertel.com.ar
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Copyright © 2006 - RACarrasquet

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LA RESPUESTA PIQUETERA A LA CELULOSA EXTRANJERA

No se puede compartir la metodología aplicada por los asambleístas de Gualegauchú, fogoneada por el gobernador Busti y Greenpeace, con un guiño de permisividad del ejecutivo nacional. Este tipo de expresiones está reñidas con los más mínimos y básicos tratados internacionales, el Mercosur y las leyes argentinas, que suponemos vigentes.
Un problema pésimamente manejado por el gobierno argentino, que NO tiene referentes políticos apoyando la iniciativa, mientras que el Uruguay exhibe un arco fuerte y consolidado.

Argentina posee no menos de 10 plantas de celulosa, aguas arriba, con vieja tecnología mucho más contaminante, mientras que el Uruguay va por sus primeras con moderna tecnología. No se le puede decir al vecino "que no haga ruido, cuando todo el año molestamos con la música fuerte". Parecería que se trata de decirle a la opinión pública, que las nuestras no contaminan y las de ellos sí!

Las plantas, guste ó no, se van a hacer; es más: están muy avanzadas las obras, además hace un cuarto de siglo que el Uruguay se viene preparándose para éstos emprendimientos, forestando con pinos y eucaliptos, vendiendo parcelas rentables por madera existente, etc. Realmente no es ninguna novedad.

No se trata de decir que no va a existir "impacto ambiental", pero esto debe ser controlado periódicamente por las autoridades de ambas márgenes, como gente civilizada que deberíamos ser y no con gestos incompatibles con buena convivencia de pueblos hermanos.
Con Chile ya tenemos fricciones por la retención ilegal de camiones con mercaderías.

Hay que poner coto a estos manejos que nos alejan cada vez más del mundo que nos rodea.


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