- MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES -

Mucho ruido y pocas nueces

Nota de Alicia de Arteaga - La Nación 06.06.2006

La catarata de anuncios de obras en la ciudad de Buenos Aires de cara al Bicentenario de la República es acorde con el espacio de visibilidad pública que buscan los funcionarios de turno; sólo falta saber si alcanzará el tiempo político para que las promesas se hagan realidad y no quede todo en agua de borrajas.
Los botones de muestra están al alcance de la mano. Por ejemplo, ¿qué pasa con el faraónico plan de convertir el Palacio de Correos en el Centro Cultural del Bicentenario lanzado en el coloquio de IDEA Mar del Plata 2004 por el entonces ministro Roberto Lavagna? En el primer tramo de la convocatoria, luego de la apertura de los sobres, quedó como una de las "ideas" más atractivas la presentada por el equipo integrado por Fernando Cánovas, Juan Cristóbal Rautenstrauch, Jorge Telerman y el chino-norteamericano Pei, hijo del célebre arquitecto que levantó la pirámide de cristal en las puertas del Louvre, de París.
Si bien se trata de un proyecto cultural, fue capitalizado por Economía porque de ese ministerio depende el Correo, que va por su tercer lanzamiento mediático como gran centro cultural. Fue noticia en tiempos de Duhalde y, antes, cuando un grupo privado intentó convertirlo en el mayor museo del país. Hasta ahora, todas las iniciativas han quedado en el plano de los anuncios.

Pero el caso más kafkiano es el de la ampliación del Mamba, el Museo de Arte Moderno de la ciudad, según un proyecto donado por el arquitecto argentino radicado en Nueva York Emilio Ambasz. Si viviera, el inefable Federico Manuel Peralta Ramos diría que es una historia "rarísima". Hubo problemas, miles, con la licitación y en el camino se perdió el crédito del BID.

Todos los jefes de gobierno lo consideran una prioridad y, sin embargo, han pasado cuatro administraciones sin que la finalización de los trabajos tenga fecha puesta. No hace falta decir que una capital que ha hecho de la cultura un ancla para el turismo merece tener un Museo de Arte Moderno de nivel internacional, como lo entendió Rudolph Giuliani cuando puso en el bolsillo de Glenn Lowry, director del MoMA de Nueva York, 70 millones de dólares para acelerar los trabajos.
Mientras tanto, el jefe de gobierno, Jorge Telerman, anunció la construcción de un hotel internacional en el edificio del Padelai ubicado a muy pocas cuadras del inconcluso Mamba de San Juan y Defensa.

Con un crédito del BID avanza el master plan del Teatro Colón, que obligará a cerrar las puertas el año próximo de nuestro principal coliseo con objeto de celebrar el centenario de su creación en 2008 con el teatro en todo su esplendor. La restauración y/o renovación de los textiles es un tema delicado que exigirá seguimiento por parte de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.
Esos fastuosos cortinados que engalanan la sala y los palcos fueron tejidos por encargo en talleres florentinos y franceses en tiempos de bonanza económica, cuando se usaba decir en París " il est riche comme un argentin " como hoy se diría "es rico como un petrolero saudí".

Son otros tiempos, pero esa memoria es parte de una riqueza que no se puede perder. Además de los anuncios rimbombantes que merecen titulares de los diarios, está el trabajo menos visible que supone poner en valor lo recibido del pasado para las nuevas generaciones.

Por Alicia de Arteaga
aarteaga@lanacion.com.ar

- MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES -

Mucho ruido y pocas nueces

Nota de Alicia de Arteaga - La Nación 06.06.2006

La catarata de anuncios de obras en la ciudad de Buenos Aires de cara al Bicentenario de la República es acorde con el espacio de visibilidad pública que buscan los funcionarios de turno; sólo falta saber si alcanzará el tiempo político para que las promesas se hagan realidad y no quede todo en agua de borrajas.
Los botones de muestra están al alcance de la mano. Por ejemplo, ¿qué pasa con el faraónico plan de convertir el Palacio de Correos en el Centro Cultural del Bicentenario lanzado en el coloquio de IDEA Mar del Plata 2004 por el entonces ministro Roberto Lavagna? En el primer tramo de la convocatoria, luego de la apertura de los sobres, quedó como una de las "ideas" más atractivas la presentada por el equipo integrado por Fernando Cánovas, Juan Cristóbal Rautenstrauch, Jorge Telerman y el chino-norteamericano Pei, hijo del célebre arquitecto que levantó la pirámide de cristal en las puertas del Louvre, de París.
Si bien se trata de un proyecto cultural, fue capitalizado por Economía porque de ese ministerio depende el Correo, que va por su tercer lanzamiento mediático como gran centro cultural. Fue noticia en tiempos de Duhalde y, antes, cuando un grupo privado intentó convertirlo en el mayor museo del país. Hasta ahora, todas las iniciativas han quedado en el plano de los anuncios.

Pero el caso más kafkiano es el de la ampliación del Mamba, el Museo de Arte Moderno de la ciudad, según un proyecto donado por el arquitecto argentino radicado en Nueva York Emilio Ambasz. Si viviera, el inefable Federico Manuel Peralta Ramos diría que es una historia "rarísima". Hubo problemas, miles, con la licitación y en el camino se perdió el crédito del BID.

Todos los jefes de gobierno lo consideran una prioridad y, sin embargo, han pasado cuatro administraciones sin que la finalización de los trabajos tenga fecha puesta. No hace falta decir que una capital que ha hecho de la cultura un ancla para el turismo merece tener un Museo de Arte Moderno de nivel internacional, como lo entendió Rudolph Giuliani cuando puso en el bolsillo de Glenn Lowry, director del MoMA de Nueva York, 70 millones de dólares para acelerar los trabajos.
Mientras tanto, el jefe de gobierno, Jorge Telerman, anunció la construcción de un hotel internacional en el edificio del Padelai ubicado a muy pocas cuadras del inconcluso Mamba de San Juan y Defensa.

Con un crédito del BID avanza el master plan del Teatro Colón, que obligará a cerrar las puertas el año próximo de nuestro principal coliseo con objeto de celebrar el centenario de su creación en 2008 con el teatro en todo su esplendor. La restauración y/o renovación de los textiles es un tema delicado que exigirá seguimiento por parte de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.
Esos fastuosos cortinados que engalanan la sala y los palcos fueron tejidos por encargo en talleres florentinos y franceses en tiempos de bonanza económica, cuando se usaba decir en París " il est riche comme un argentin " como hoy se diría "es rico como un petrolero saudí".

Son otros tiempos, pero esa memoria es parte de una riqueza que no se puede perder. Además de los anuncios rimbombantes que merecen titulares de los diarios, está el trabajo menos visible que supone poner en valor lo recibido del pasado para las nuevas generaciones.

Por Alicia de Arteaga
aarteaga@lanacion.com.ar